[…]Pero el 11 de febrero los migrantes que, como Adrianyela, iban de regreso se encontraron con una barrera humana de funcionarios del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá que cerró con escudos su paso. «Panamá no nos quería dejar entrar, porque Panamá y Venezuela no tienen ningún convenio», explica Adrianyela.